Las Torres de aquí y de allá

"Nadie aprende en cabeza ajena" reza un dicho en Venezuela, nuestro país.
Y menos aun cuando la cabeza ajena está tan lejos en espacio como en tiempo, como lo está Perú en los años '90.

Hay realidades que se estrellan en nuestra cara pero la máscara que tenemos está blindada contra verdades. Para refrescar la memoria a los que si pueden recordar los acontecimientos, y para los que eran muy niños o nunca les contaron la situación, ahí les va una sabrosa denuncia de la época.

El que quiera que investigue, y no dudará en decir conmigo: "¿Será que algún día tendremos la suerte de contar con un chinito que no sea el de RECADI?"


Los Nosequien y los Nosecuantos - "Las Torres"



Y, amigos... no digan Maldita Izquierda Asesina hoy vale... ¡que estamos en navidad!
Déjenlo para Enero, jajajaj

Saludo Navideño

Para aquellas personas que estamos cansad@s de escuchar la miiiiisma musiquita en navidad...

Para nosotr@s que ya, a estas alturas de la vida, los villancicos nos dan ... dolor de pancita...

Para quienes las gaitas están prohibidas de sus casas, y las corales de voces blancas nos generan convulsiones...

Para los chicos del Ersof de Perú, por nuestro "Burrito Tabanero"...

Al menos podemos sentirnos algo criollos, humanos, folclóricos... a continuación el único "Burrito Sabanero" tolerable:

http://www.tonaso.com/musica/tragokorto/el-burrito-sabanero-t

¡TAMBIÉN PA' LOS ROCKEROS EL SALVADOR NACIÓ!

No Basta una Década

No es posible ignorar la realidad que te circunda, sea grata o desagradable cuando se posee un afecto particular por ese mismo entorno.

Es lo que puede sucerderle a alguien como yo que, a pesar de no ser oriunda de esta ciudad, la siente como suya, por haber sido abrazada por su humanidad hace ya muchos años atrás, fascinada por su belleza tan propia, tan auténtica, pero ya casi difuminada por el desamor de sus habitantes.

Tanta dificultad por superar, tanta sufrimiento viviendo en cada esquina, y pareciera ser transparente a los ojos de los poderosos, de los que poseen el poder de transformar la sociedad en pro del bienestar de los ciudadanos.

Pero lamenteblemente en nuestra nación se está haciendo común el mal hábito, no sólo de negar el desastre, sino de prohibirlo. Así, lo que está prohibido siemplemente no existe.


Cachicamos, Morrocoyes y Fantasmas

Doce del mediodía en la Av. Francisco de Miranda, esquina Av. Principal de la Castellana, exactamente en la esquina de la bomba de gasolina, esperando el cambio de luz del semáforo para atravezar la calle en dirección al oeste.

Un señor en camisa de mangas largas de color rosado, me alcanza e igualmente espera el cambio de luz. En cuanto esto acontece comenzamos a cruzar la vía, hasta lograr sobrepasar la isla que separa ambos canales de la calle.

En ese instante se detiene una moto sobre nuestro paso de peatón. No solamente se observa al conductor de la moto, con su correspondiente casco colocado en la cabeza y no en el codo, como generalmente se ve por ahí. Bien por él. Detrás de él se ve a una mujer sentada en la parrilla, sin casco, como lamentablemente es común... pero entre ambos aparece una niña, sentadita, apachurrada, de no más de 6 años, por supuesto igualmente sin casco.

Aún estamos pasando la isla cuando un vehículo, sobredetiene la marcha, también sobre nuestro paso de peatón sin respetar el derecho del de "a pie", pero el conductor, además, mirando hacia su izquierda, es decir, observando los vehículos que pasan por su frente disfrutando el paso autorizado por el semáforo, con la muy común y clara intención de "agarrar una colita" para comerse "un poquito" la luz y meterse hacia la derecha, pues como "no va de frente, no molesto a nadie girando aquí mismito". Con la mala suerte que tratando de girar a la derecha, choca con la moto, igualmente irregular en la forma de conducirse en la vía pública. De inmediato emergió la violencia del motorizado, las justificaciones del conductor del vehículo, y las idioteces de la acompañante de éste último.

Habiendo ya llegado a la acera de destino el señor de camisa rosada, casi víctima como yo de un problable accidente y yo nos vimos sin poder justificar a ninguno de los dos protagonistas del hecho.

Inmediatamente, cuando suceden cosas similares, con tanta o más irregularidad como éstas, estando en Chacao lo primero que se hace, casi instintivamente es buscar un poli-chacao.
Así lo hice. Busqué con la mirada. No encontré nada por los alrededores de esa esquina. No me dí por vencida y caminé hacia el oeste buscando aun un poli-chacao. Llegué a la estación del metro de Chacao y aún buscaba infructuosamente.

Tan sólo a unas cuantas cuadras me encontré con un bojote de poli-chacaos, cerrando un tramo de la Av. Francisco de Miranda con dirección oeste-este, cuidando una pobre manifestación que cargaba el típico ataud para reclamar derechos negados.

Y precisamente frente a ese conglomerado relativamente inútil de policías, me topé con una visión que jamás pensé se podría ver en Chacao, pero que lamentablemente desde los últimos tiempos del perídoo gobernado por Leopoldo López, se veía venir. Ahí les dejo las imágenes como testimonio de la realidad.



Escombros en la Av. Francisco de Miranda, frente al Banco Mercantil.







Asiento público destrozado, y cajas para dormir, en la Av. Francisco de Miranda, frente al banco Mercantil.




¡Dios proteja a Chacao de este nuevo alcalde!

Toda esta situación sólo hace que nostálgicamente diga: "Por qué te fuiste Irene Sáez".

¡Ay Morris, donde estás!

Tanto como la realidad de la ciencia física ante un golpe o una caída que padezcamos, se hacen evidentes las palabras de sabios, científicos o famosos, invocados por cualquier situación que acontezca.

Durante casi los 92 minutos que dura el film "Esperando la Felicidad" (En attendant le bohneuf), una co-producción de Mauritania y Francia del 2002, proyectada en el marco del 2do. Festival de Cine Africano, mi invocación, casi como jaculatoria consistió en "Ay Morris, dónde estás".

Cómo agradecería la humanidad curiosa poder disfrutar de la palabra de Desmond Morris, zoológo y etólogo, libre de complejos de escrúpulos, de temores socioafectivos y de la necesidad de fraternizar con el "stablishment", en un foro abierto, en una entrevista por TV o prensa, para abordar la lamentable nueva tendencia humana de "mirarnos el ombligo".

La idea de este investigador que generaba en mí este mantra durante la hora y media de proyección fue:

"Los sencillos grupos tribales que viven en la actualidad no son primitivos, sino que están embrutecidos. Las verdaderas tribus primitivas hace miles de años que dejaron de existir. El mono desnudo es, esencialmente una especie exploradora, y toda sociedad que no haya avanzado ha fallado en cierto modo, se ha 'extraviado'. Algo ha ocurrido que le ha impedido avanzar, algo que va en contra de la tendencia natural de la especie a explorar e investigar el mundo que la rodea".

Tan claro estaba este hombre, y ahora yo, de la agresión que puede sentir el ser humano sensible a la verdad, que me atrevo a refugiarme su último párrafo de la introducción de su obra "El Mono Desnudo":

"Me doy cuenta de que al tratar estos problemas corro el riesgo de ofender a mucha gente. Hay personas que prefieren no ver su ser animal".

A los amigos que les caiga mal el discurso... no nos tomemos tan en serio como criaturas, hijos de Dios, animales racionales o como queramos llamarnos, y más bien tomémonos una birra para celebrar nuestra propia estupidez.

Problemas en la Terminología Comunicacional o ¿Por qué carajo hace tanto frío en todas partes?

Desde que era muy pequeña (y eso hace ya muuucho tiempo) he escuchado el run-rún del Calentamiento Global. Programas sobre este tema se difundían en la televisora cultural de la nación, donde se estimaba para inicios del siglo XXI el aumento de medio grado de temperatura en la escala celsius, con sus consecuencias.

Desde que era muy pequeña esperaba con ansia, dentro de mi ignorancia, la llegada de dicho fenómeno, pues siempre me caractericé por ser friolenta, y confiaba que podría vivir con menos sufrimiento del que padecía en aquella época.

Yo entiendo que los extremos nevados del planeta se están descongelando, los glaciares están desapareciendo, el nivel del mar aumentará haciendo invivible grandes extensiones territoriales, y las nefastas consecuencias que esto significará para el equilibrio y superviviencia de muchísimas especies, y entre ellas la humana.

Sabiendo que frenar este "deterioro" ambiental, no sólo depende de mí (que por cierto apenas puedo dar razón y con mucha dificultad, de mis actos) mucho menos podría yo controlar, orientar o influir sobre el de los demás, considerando que hablamos que imponentes protagonistas políticos y multinacionales son los únicos capaces de tomar medidas para evitar o al menos minimizar el desastre ambiental, aun esperaba poder experimentar algún beneficio de todo ésto, es decir, lograr cumplir mi deseo de niña de padecer menos frío.

Pero, por supuesto, como es natural para personas como yo (con una lógica algo torcida por la mediatez) me pregunto: ¿No era más apropiado hablar de DESEQUILIBRIO CLIMÁTICO, DESCONGELAMIENTO GLOBAL, DESBARAJUSTE GRADUAL, ZAPEROCO MUNDIAL, o algo por el estilo?

Pero noooo... por supuesto... los científicos que participan del terrorismo mediático se refieren al fenómeno resaltando la última, ultimísima consecuencia final del proceso de deterioro ambiental. Y mientras, personas ignorantes en el tema, como yo, esperamos ansiosos el cumplimiento de la promesa inmediata del clima: el Calentamiento. Mas al contrario, he padecido, junto con casi toda, por no decir, absolutamente toda la humanidad el frío hereje estos últimos años.

España, Italia, Estados Unidos en el hemisferio norte... Argentina, Chile, Perú, en el sur, han pasado el frío cruel (por supuesto excluyendo a las menopáusicas y a los andropáusicos).

Si yo fuese científico, identificaría las diversas etapas del proceso del Calentamiento Global indicando hasta cuándo deberemos padecer el proceso previo que consiste en el infernal Congelamiento Global (Nótese que Dante identificaba al Infierno con el frío, por lo cual en mi vida pasada debí ser una re-ultra-desgraciada, que estyo pagando en esta vida no sólo aguantando el temible frío sino debiendo soportar y sobrevivir a la Bestia Negra -espero que los representantes de los acumuladores Titán no se ofendan por la utilización de su marca registrada pues con el término me refiero a dicho nefasto personaje que todos conocemos-). Así, podríamos, aquellos predestinados al padecimiento térmico, programar nuestras vidas, o por lo menos resignarnos a aceptar que seguramente ya cuando podamos experimentar el calorcito, ya no habrá ni superficie donde caminar, ni alimento que ingerir, ni a nadie a quien hacerle leer estas pendejadas.

¡Brutiiico el muchaaaacho!

Pido disculpas por abordar el tema después de más de un año pero me excuso diciendo que me encontraba fuera del país, y tan sólo de regreso a Venezuela me percaté del regalito que significaba el cambio, tema de estas líneas.

Siempre los que nos creimos medianamente racionales decíamos que el tipo era loco si, el pobre, pero muy inteligente, estratega y tal... Ahora amigos, de nuevo pido disculpas, en este caso a aquellos a los que les decía y porfiaba que el tipo no era bruto.

Con un tono de humor los españoles saben expresar lo que tienen que decir.
El vídeo que adjunto a este espacio relata al mejor estilo de "La Historia Fabulada" toda la verdad del cambio horario venezolano.

Disfruten este corto de Eva Hache y después (por supuesto si tienen la inteligencia para entenderlo, amigos mios), no podrán más que corear conmigo: ¡Brutiiico el muchaaaacho!




Algunas observaciones:

1. Cenit: Se denomina cenit (también zenit o cénit) a la intersección entre la vertical del observador y la esfera celeste. Es decir, si se imagina una recta que pasa por el centro de la Tierra y por nuestra ubicación en su superficie, el cenit se encuentra sobre esa recta, por encima de nuestras cabezas. Es el punto más alto del cielo.

2. Las agujas del reloj SIEMPRE se moverán hacia adelante.

3. No amanece más tarde... el sol no tiene reloj... amanece cuando debe amanecer.

¡QUE DIOS NOS AMPARE!