¡Ay Dios mio, qué te hicimos Chuito nosotros los venezolanos!
¡Qué le hemos hecho a la naturaleza, a la humanidad, a la vida misma los venezolanos, que además de tener que aguantarnos al loco, nos ganamos a la joyita de la Miss Universo 2008!
¿Es que tenemos que soportar un innombrable maluco y grosero y pa'colmo ahora una niña que degrada a la raza humana con su verbo? ¡Ni Zacarías, el padre de Juan Bautista hubiese dicho semejante barbaridad, y le quitaste la palabra por seis meses!
Pero esa vaina no es culpa tuya papaDios, pa' mi que es culpa de las familias. Al uno lo fregó la mamá y lo puso así loquito, pobrecito él... y los marginalitos esos que lo siguen porque, pobrecitos, están como dolidos por lo que no recibieron en la casa. Y a la otra... ay, Dios, la niña esa, la Miss... que prefiero que no sea Miss sino Tuyass, porque un regalito así es como un vejigazo en carnaval lleno de "sui generis" mientras se va pal trabajo en autobús, que además de dejarte un moretón, te deja el olor durante todo el día sin hablar de la rabia por la impotencia de no poder matar al carajito que te pegó la vejiga.
Pero dime tu papaDios, ¿esa niña no estudió en un colegio bueno? ¿O será que pertenece a una de esas familias donde lo que le dan a los niños es sólo real, ropa y comodidades para sustituir el afecto y la instrucción que son lo que realmente un chamo necesita?
Porque yo te digo algo... ¿esa niña como que nunca ha leido la prensa? ¿Ni internet? ¿O será que no se reune con gente con tres dedos de frente que le hayan hecho saber lo que pasa en Guantánamo? Porque si es verdad que allí posiblemente estén esos bichos terroristas, eso no justifica las cosas que les hacen allí. Y que venga la brutica esa a decir que guantánamo es un lugar 'relajado, tranquilo y bonito', ay no... eso es imperdonable. Porque la ignorancia es un crimen, y más aun si se comunica con tanto glamour.
¡Qué vergüenza ajena me daaaa!
Ay mi Diosito, es que yo tengo que hacer algo, pero tú sabes que lo único que me queda es rezar, rezar para que la ignorancia no nos siga devorando... ay Dios... perdoooona tu pueblo señoooor... perdoooona tu pueeeblo, perdónalo señooor.
Muy conocido el inicio de la pieza, pero que luego nos trasporta a la esperanza de lo que su nombre llama: el silencio, y la paz que ésta lleva consigo.
