Programa Infantil vs. Propaganda Política

Siempre se ha dicho que las comparaciones son malas. Yo discrepo de esa afirmación. Creo que sólo son dolorosas, pues, si no es comparando con otras realidades ¿cómo podemos saber cuánto se pude avanzar o cuánto hemos avanzado frente al objeto comparado?

En estos días me topé con una producción de TV Perú llamada "Los Pimpollos". Esta serie de TV, dirigida a niños muy pequeños me recordó a "Sopotocientos", aquel inolvidable programa infantil de avanzada que transmitía VTV. pero también me recordó una nueva producción venezolana que se transmite por VTV, con excelentes recursos técnicos y creativos, bien utilizados y con un logro de puesta en escena espectacular, pero con un handicap: posee una fuerte línea política*, elemento que distorsiona todo el contenido de cada capítulo y que echa por tierra todo el alcance visual estético que el producto ofrece.

"Samuel y las Cosas" podría haber sido una inigualable producción para exportación, si no se encajonara en la realidad malipulada políticamente por el gobierno, generando en sí mismo una programada situación de conflicto social expresada en un discuso típico de la lucha de clases, pero considerando que las estrategias reconocidas por el estamento político está abanderada por esa misma doctrina -lucha de clases- es evidente que el programa cumple al ciento por ciento las espectativas gubernamentales como plan de diseño para la programación infantil.

Particularmente sí manifiesto públicamente una crítica a "Samuel y las Cosas" más allá del bochornoso uso que se hace del programa para la propaganda política, y es la utilización excesiva de los recursos lingüisticos propios del "barrio", que, no por despreciar las modalidades de las bases, no puede ni debe ser promovido como única forma de lenguaje "chévere", por dos razones:

1. Condena al programa a restringirse a la transmisión local, perdiendo universalidad y acceso a otras culturas;

2. En un mundo globalizado, donde la cultura, la información y el uso del buen castellano se ha democratizado a través de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC's), no resulta válido restringir la posibilidad de adquirir hábitos de comunicación reconocidos internacionalmente a los menos favorecidos en los ámbitos social y cultural. Eduquemos a nuestros niños a hablar bien, a ser comprendidos en otras sociedades de lengua castellana. Facilitemos en intercambio lingüistico a través del uso del castelleno universal, y no limitemos las posibilidades de comunicación y por lo tanto de desarrollo a nuestros pueblos, promoviendo el uso de jergas en extremo segmentadas, que no representan en absoluto la cultura nacional o local. Recordemos que el manejo de jergas en sociedades con complejas situaciones de desigualdad generan por sí mismas la exclusión social.

En cuanto al uso del lenguaje, suscribo una situación similar con respecto al tipo de música y letras utilizadas en el programa. La música urbana, nacida del conflicto social de las clases menos favorecidas no es precisamente el ideal para centrar la formación de nuestros niños. Recordemos que de la música para niños se pretende exaltar el aspecto estético con el contenido ético -en este caso cargado profundamente de la cosa política- que genere en el niño la traquilidad, asimilación de los contenidos, y adquisición del buen gusto, que le permita igualmente extender el atractivo a otros ámbitos culturales.

Para evitar que mis palabras sean la única sensura y juicio, ya sea de "Los Pimpollos" y de "Samuel y las Cosas", les dejo el vínculo a un capítulo de ambos. Es importante destacar que el programa de TV Perú es para niños bastante menores que a los que está dirigido el programa de VTV, pero fundamentalmente ambas producciones están dirigidas a los niños, por lo cual, deben compartir mismos lineamientos pedagógicos.

Estos lineamientos no lo decide la suscrita. Están contemplados en las estrategias que la UNESCO sugiere para el tratamiento que toda producción infanti y juvenil debe contar para recibir la validación de expertos en educación y psicología a nivel mundial.

Finalmente los invito a no caer en el trágico discurso que implica apelar a la justificación irracional del "esos son ellos, nosotros somos distintos", pues esto conlleva solamente a la negación de la posibilidad de ser mejorar, y por lo tanto, a la muerte de la esperanza de alcanzar una vida más plena y felíz.

Los Pimpollos - "El Agua"


Samuel y las Cosas - "Los Silos"


* Ud. puede verificar el discurso de lucha de clases particularmente a partir de los minutos 4:00 y 7:30 de este capítulo.